Bienvenido al club Adolfo

Hoy 21/12/2006, a cuarenta y ocho horas de la fenomenal noche, recuperé la fuerza, logré despegarme de los baños para escribir unas líneas de lo acontecido. Antes que nada, como comentario al paso, les cuento que Greta ya bajó. Pero les confieso que ni se imaginan como está, totalmente enardecida, de no creer. La abstinencia la está matando.

Volviendo a la gloriosa noche, les cuento que nos juntamos en lo de Charly, lamentablemente sin Charly aunque sí estaba su espíritu. Por suerte tuvimos la dicha de compartir la velada con otro hermoso personaje. Al llegar, él estaba ahí. Remera verde, muy verde, bermudas, medias blancas y una especie de borsegos decoraban sus piernas. Parecía Linterna Verde jubilado. Los que más nos llamó la atención fue el par de anteojos, seguramente donados por el sindicato de Luz y Fuerza, que tapaban su vista perdida. Adolfo se hacía llamar. Solitario hombre. Siempre acompañado de su Quilmes Bock y de sus vocablos incoherentes. Salú Adolfito en donde quiera que estés.

A lo quería llegar, me estoy yendo por las ramas, es que sacamos como conclusión de que el Pool es lo nuestro.

Hernán resultó ser un campeón en la primaria, estafaba a sus compañeros por la comida del recreo. Se hacía el que no sabía jugar, les apostaba y después le vaciaba los bolsillos con su muñeca prodigiosa para el taco. Por suerte, con nosotros jugó solo como victima.

Lucas, qué decir de él. Un pulso prodigioso para apuntar y pegarle a la bola, seguridad total para el impacto. Precisión absoluta. Sólo nos demostró, para que sea más parejo el juego, una técnica impecable para beber cerveza.

Gerardo, potencia para romper. De un solo golpe parecía que iba a dispersar hasta las bolas de la mesa de al lado. Pero me confesó que no aplicó toda su fuerza para que la gente no venga vernos jugar. Como destacado, usó su poder de seducción para pedirle a la bola negra la llave para que destrabe la mesa.

Yo soy de perfil bajo. No puedo manifestar todas mis virtudes poolísticas. Solo les aclaro que abastecí de tiza al taco toda la noche.

Así que bueno, una noche de papas, lúpulo fermentado, ni hablar de lo que comimos (Merece un capitulo especial) y por sobre todas las cosas, mucho espíritu papero, eso es lo que cuenta.

Sal fina para y Felicidades para todos!!!